martes, 5 de febrero de 2008

Féculas Cocinadas

Cuando vivimos bajo las condiciones artificiales de la ciudad, obtenernos una cantidad muy limitada de sol y oxígeno. La natural formación de moco de los granos reduce mucho la entrada de oxígeno en los pulmones. Además, los rayos de sol atrapados en el alimento por las plantas se destruyen al cocinar, haciéndolos inutilizables por las células. Muchos de los elementos más preciosos que se encuentran en el aroma del alimento cocinado, están totalmente ausentes del alimento cocinado en sí mismo.

Los tubérculos y granos contienen una concentración alta de fécula y sales minerales. Cuando se someten al calor los minerales se hacen insolubles y se pueden depositar en los tejidos corporales. La fécula, combinada inadecuadamente con otros alimentos, o cuando no se mastica bien puede fermentaren el estómago, produciendo alcoholes dañinos para la salud. Los granos no germinados son formadores de ácidos y las legumbres. Causan una condición ácida corporal que puede provocar el endurecimiento de los tejidos y la pérdida de calcio en los dientes.

Alimentar a los niños con una dieta rica en almidón es imprudente. Henry Bieler afirma que "las féculas y las grasas se digieren siempre pobremente durante el prinzer año de vida. Después de este año, si hay cualquier grado de indigestión no deberían ser ingeridas". El Dr. Hay escribe que la introducción de alimentos con fécula antes de que se forrnen los dientes provoca acidez, ataques biliares, carencia de apetito, vómitos ácidos, irritabilidad, enuresis. La naturaleza no proporciona tialina suficiente, para su digestión hasta que se formen los dientes. Si el grano fuera un alimento perfecto, no provocaría indigestión en el niño.

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