viernes, 22 de febrero de 2008

desayunar como un príncipe

Un antiguo aforismo refleja con mucha gracia y sabiduría este concepto:
“desayunar como un príncipe, comer como un burgués y cenar como un mendigo”.
Además de cenar moderadamente, cenar temprano garantiza una mejor digestión y asimilación de los alimentos, evitando sobrecargar al hígado, padecer hinchazones y flatulencias y transtornos del sueño.

Comer más a menudo mantiene el nivel de glucosa en sangre más constante , evitando los momentos de desánimo y cansancio que a veces se tienen unas horas después de comer, es necesario para ello parar un momento y hacer un bocadito a media mañana y otro a media tarde(¡a parte de las tres comidas principales, claro!)
El hábito de merendar una pieza de fruta, un puñadito de nueces y avellanas, y/o un yoghurt, nos hará sentirnos con más ánimos durante la tarde y resulta más fácil cenar menos cantidad.

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