PEDRO NÓ
Las dorsalgias son posiblemente la patología que más me han hecho pensar sentir y cambiar el enfoque sobre la manera de ver, percibir, y aplicar mi profesión desde otro punto de vista más amplio.
Hace 18 años observé que, tras las técnicas osteopáticas que aplicaba, la mejoría que alcanzaba en muchos de los casos la persona aquejada en cuestión de una, dos semanas o un mes se volvía a resentir, incluso en algunos individuos sólo les duraba uno o dos días. La mayoría de los afectados venían ya con la dolencia crónica de años, y sin éxito en los distintos tratamientos médicos que se habían aplicado.
Por entonces la relación entre mente cuerpo y emoción a mí me convencía, pero las técnicas que utilizaba eran principalmente físicas. Fue aquí donde realmente me empecé a dar cuenta de la importancia que las emociones tienen sobre el cuerpo y que realmente si no se tiene en cuenta esta parte, la cronicidad de la patología es muy posible que se mantenga.
Os relato un caso concreto para intentar trasmitiros la esencia de lo que a uno entre otras muchas razones y causas le puede llevar a tener una dorsalgia: varón de 30 años, trabaja en un medio de comunicación y vino a mi consulta aquejado de dorsalgia. Tras la tercera sesión me comentó que el efecto positivo de la sesión sólo le duraba unos días pero que luego volvía el dolor. Me di cuenta de que respiraba con el mínimo de aire, y a veces casi parecía no respirar. Le pedí que observara si en su trabajo, o cuando mantenía la atención y concentración en temas concretos, dejaba de respirar por momentos o la minimizaba. Cuando volvió a la siguiente sesión, me comentó que había observado que así era: había muchos momentos en los que apenas respiraba y que iba acompañado de tensión en los abdominales y la base del cráneo. A partir de ese momento empezamos a trabajar por un lado, en consulta, el diafragma y zonas relacionadas, y la relajación en los momentos que no respiraba, y los patrones personales que le habían llevado a esa respiración entrecortada, así como unos ejercicios respiratorios para compensar. En dos sesiones más mejoraron totalmente sus molestias que venía arrastrando desde hacia siete años.
lunes, 10 de marzo de 2008
aquejado de dorsalgia
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